En general, para crear un curso son necesarios algunos pasos que conviene tener muy claros desde el principio, y esta necesidad se hace más acuciante si cabe cuando tratamos un curso MOOC. Por ello, el objetivo que persigue la ficha de un curso en Difundi es doble:
- Por una parte, una vez que se haga público el anuncio, tiene como objeto informar adecuadamente sobre las características y bondades del curso a los alumnos potenciales. Debe ser, por tanto, una representación pública de los objetivos que se persiguen en él, de la visión del profesor, sin aditivos que lo falseen, pero con le intencionalidad clara y sincera de intentar atraer al alumno a su interior. El objetivo es que esta ficha consiga que el alumno se matricule en el curso.
- Por otra parte, obliga al profesor (o profesores) a ordenar y calibrar el contenido global del curso. Un curso MOOC no puede ser improvisado, salvo que se desee usar como experimento. Las características de los MOOC son muy especiales y los convierten en una plataforma inexplorada para comunicar y aprender. No hay reglas a priori más allá de las que impone la tecnología (cada vez es más flexible) y las que pueda imponer la materia que se quiera comunicar. El gran número de alumnos que pueden apuntarse a un MOOC hace difícil que el profesor pueda rectificar durante la ejecución del curso sin perturbar a una parte del alumnado, y al ser cursos «adicionales» a la carga docente y formativa habitual, estos cambios suelen verse como una falta de preparación por parte del profesor y a veces como una falta de referencia a la propuesta inicial. La experiencia (todavía limitada) confirma que cada cambio sobre el plan inicial genera un porcentaje de pérdidas de alumnos que no es despreciable. Pero no por ello debe verse un MOOC como una actividad limitante para el profesor, las ventajas y consecuencias son las mismas que las de cualquier curso tradicional, pero se presentan amplificadas, por tanto las ventajas son mayores… y las consecuencias negativas de un error también.
En consecuencia, desde Difundi pedimos al profesorado que va a preparar un curso para nuestra plataforma que haga un trabajo previo de preparación, antes de la primera clase que grabe, y rellene una ficha con la siguiente información:
- Título del Curso: La oferta es amplísima, el título que elijamos ha de ser claro y conciso. Debe reflejar fielmente el contenido que tendrá el curso.
- Descripción del Curso: Un escrito breve en el que se exponga, con cierto detalle, información acerca del curso. No se debe confundir con el contenido (índice) del curso, sino que es una breve redacción en la que se contextualice la materia, los objetivos del curso y la importancia que puede tener en el público objetivo. Normalmente, consta de una serie de párrafos que llevan al lector (alumno potencial) por las ideas fundamentales del mismo, como podrían ser:
- Párrafo introductorio en el que se presenta y contextualiza la materia en general en la que se engloba el curso.
- Situación específica del contenido del curso dentro de ese marco general.
- Bloques temáticos que se cubrirán en el curso, de forma redactada, no necesariamente enumerada como un índice, y que agrupará las diversas unidades temáticas del curso en bloques de conocimiento.
- Aportaciones generales que un curso de estas características puede ofrecer.
- Conclusiones
- Objetivos del curso: donde se explicitan los objetivos formativos que se persiguen en el curso, las habilidades que se pretende potenciar, y los conocimientos que se obtendrán al finalizar el mismo.
- Requerimientos: Si fuera necesario alguna preparación previa, algún conocimiento anterior por parte del alumno, se expone en este apartado. Como habitualmente en un curso MOOC el alumno no viene certificado por otros medios, es importante aclarar aquí todo lo que pueda ser imprescindible para que el alumno pueda seguir con normalidad el desarrollo del curso. Una mala interpretación de estos requisitos puede dar lugar a un proceso de aprendizaje infructuoso, con la consiguiente frustración y abandono.
- Público objetivo: indicar cuál sería el perfil de un alumno adecuado para el curso. Este apartado no debe verse como una definición ni requerimiento adicional del alumno, sino más bien como todo lo contrario, qué perfiles pueden verse favorecidos tras la ejecución del curso.
- Duración del curso y tiempo estimado de esfuerzo: No olvidemos que, en la mayoría de los casos, los cursos MOOC se realizan en horas adicionales del día, como un esfuerzo añadido de un alumno que habitualmente tiene otras tareas diarias de mayor peso. Así pues, es importante fijar con claridad cuál será la duración completa del curso (que normalmente coincidirá con, o será cercano al, número de módulos/unidades del curso) así como el esfuerzo estimado, que se traduce en número de horas por semana que un alumno medio tendrá que invertir para superar el curso con aprovechamiento. Un ajuste inadecuado de este pequeño apartado es uno de los principales motivos de abandono en los cursos, o incluso de no matriculación. Un curso excesivamente largo puede dar lugar a sensación de agotamiento antes de comenzar… solo los alumnos más motivados por el contenido estarán dispuestos a enfrentarse con una duración excesiva. Ante esto, hay una solución sencilla que se puede aplicar en la mayoría de los casos: dividir un curso largo en 2, o más, cursos cortos. Además, de esta forma, se obtendrán varios beneficios: primero, durante la ejecución de la primera parte del curso se podrá valorar cuántos alumnos pueden estar interesados en las siguientes partes, lo que puede mostrar indicios de cómo mejorar en las sucesivas partes, evitando un esfuerzo inicial innecesario; segundo, el alumno, tras la superación de cada parte, obtiene la recompensa de haber terminado un trabajo completo, lo que le motivará a adentrarse en la continuación. Respecto al esfuerzo por semana, se ha de intentar ser realista, un alumno verdaderamente motivado no podrá emplear más de unas 4 horas por semana si además está haciendo otras formaciones regladas o tiene un trabajo. Pero mantén el equilibrio, un curso que exija muy poco esfuerzo y dedicación tiene mayor probabilidad de abandono debido a que no se produce una ligadura entre el curso y el alumno.
Adicionalmente, pero no opcionalmente, se debe preparar un video de promoción del curso, en el que el alumno conozca a los profesores que se encargarán de su enseñanza. Este video debe tener una calidad elevada, una duración que ronde el minuto (nunca se debe superar el minuto y medio) y una exposición clara de lo que el alumno se va a encontrar en el desarrollo. Puede ser muy parecido a la Descripción del curso de la ficha, no te preocupes por ello, porque aquí puedes jugar con un lenguaje más coloquial, y si los medios técnicos lo permiten, hacer una presentación atractiva que ayude a captar la atención del alumno.
Para la mayoría de los profesores el proceso de creación del video de promoción es un reto. Están acostumbrados a hablar delante del público, pero siempre ante un público que interacciona con la mirada y el lenguaje no verbal. La cámara es fría y no propicia una conversación, que es al fin y al cabo en lo que se debe convertir una buena clase. Pero ha de verse también como una primera prueba, donde rompemos el hielo con el nuevo medio que nos debe acompañar a lo largo de todo el proceso de creación del curso.
Respecto al video de promoción, su diseño y las cualidades técnicas que se consideran adecuadas, habrá otro documento en el que haremos un análisis más exhaustivo.